El cine y la guerra

Aprovechando la "semana de la paz" que hoy se cierra con óptimos resultados (es el momento de "reaccionar"), no he querido dejar pasar la oportunidad de relacionar el cine (como sabéis, mi gran pasión) y la guerra, núcleo temático de muchas de las mejores manifestaciones del que llaman "séptimo arte". Ahí están grandes e inmortales clásicos como "Sin novedad en el frente"(Lewis Milestone, 1930), impactante alegato antibelicista basado en la novela homónima de E.M.Remarque, "Los mejores años de nuestra vida" (William Wyler, 1946), inteligente y emotiva exploración de las consecuencias de la guerra en los anónimos soldados y ganadora de 8 merecidos oscars o la brillante aportación de Kubrick con su imborrable "Senderos de gloria" (1957) cuya visión , forma parte, por cierto, de las activiadades planteadas por el colegio para estas fechas en 2ºde Bachiller. No olvidemos tampoco la cruda y poderosa "Apocalypsis now", de Francis Ford Coppola en sus más atinados momentos.

Más recientemente, se apuntaron a este interesante subgénero Steven Spielberg, con la fascinante y efectiva "La lista de Schindler" (7 reconfortantes oscars) o la irregular pero notable "Salvar al soldado Ryan" (su cuarto de hora inicial ha quedado grabado en mucha mentes), Terrence Malick y su impresionante "La delgada línea roja" (con un reparto de esos que quitan el hipo) e incluso el francés Jean Pierre Jeunet, que no sólo nos regaló un penetrante y realista alegato antibelicista, sino también uno de las más conmovedoras historias de amor de los últimos años en "Largo domingo de noviazgo" . El iraní Bahman Ghobadi se alzó con sendas Conchas de Oro en Donostia con su terrible "Las tortugas también vuelan" y la estimulante "Media luna", ambas muy recomendables.

A lo largo de la semana, el cine también ha participado en esta necesaria reivindicación de la paz ; por fin se estrenó en cines la reveladora y lúcida cinta de Paul Haggis "En el valle de Elah" , que al estilo de "El regreso" (Hal Ashby, 1978) analiza la brecha psicológica causada por la guerra en el hijo soldado de un ex-sargento interpretado de forma insuperable por Tommy Lee Jones (nominado al Oscar). El dolor de los padres por el final de su hijo alcanza momentos de desolador dramatismo.

En el salón de actos se proyectaron la acertada biografía cinematográfica de Monseñor Romero ("Monseñor") y un nuevo ejemplo de lo buen director que es Jim Sheridan, sobre todo cuando mira sin aspavientos la realidad de su Irlanda natal y el sinsentido del terrorismo. "The boxer", protagonizada por su actor-fetiche Daniel Day Lewis , se erige como una reflexión veraz y desgarradora, pero también rabiosamente humana, de lo inútil y nefasta que resulta la violencia.

No cabe duda que el tráfico de armas es un elemento condicionante en los procesos bélicos; por eso Michael Moore, un cineasta a veces maniqueo pero siempre hábil y sorprendente, dedicó su mejor obra "Bowling for Colombine" a desgranar, no sin subrayados y datos discutibles, el deplorable y muy peligroso comercio armamentístico en los Estados Unidos. Algo parecido, pero en ficción, intentó Nilolas Cage con "El señor de la guerrra" , y los resultados fueron inesperadamente estimables.

Robert Redford se acercó al aspecto político en "Leones por corderos" , casi una pieza teatral mucho más poderosa de lo que algunos han afirmado. Más modestas, pero igualmente interesantes , son las películas exhibidas en Salón El Carmen: "Querida Bamako", sobre la inmigración, y "Gravika", que gira en torno a las consecuencias de las violaciones sufridas por muchas mujeres en los conflictos bélicos.

No cabe duda que el cine es, en muchos casos, un veradero espejo por el que conocer dolorosas realidades.